El 2 de marzo de 1917, el diario inauguraba su sucursal porteña, que funciona ininterrumpidamente hasta hoy.
Hace un siglo, el 2 de marzo de 1917, LA GACETA inauguraba su sucursal en Buenos Aires, que funcionaría regularmente hasta la actualidad. La información respectiva publicada esa fecha era escueta y con el título a una columna. En apenas 22 líneas, hacía saber a sus lectores que “desde hoy quedan instaladas, en el punto más céntrico de la Capital Federal, avenida de Mayo esquina Perú, las oficinas de nuestra agencia, destinadas a atender todo lo referente a avisos, suscripciones e informaciones en general”.
Añadía que “esta oficina, en un buen local, representa -modestia aparte- los crecientes progresos de LA GACETA, único diario del interior que poseerá en Buenos Aires una instalación semejante”. Decía que “no podemos menos que felicitarnos por estos adelantos, impuestos por el creciente favor que el público dispensa a nuestra hoja”.
Único con agencia
La información del día siguiente, igualmente breve, ofrecía una rápida crónica de la inauguración. “Al acto que se desarrolló en un simpático ambiente de compañerismo, concurrió un selecto núcleo de periodistas y amigos particulares de los señores García Hamilton (se refería a don Alberto, el fundador y director del diario, y a su hermano Germán, también periodista y literato), quienes fueron objeto de efusivas felicitaciones por el progreso que representa esta oficina”.
Reiteraba que “LA GACETA, único diario del interior instalado en forma tan amplia, quiere así responder al decidido favor del público que día a día le dispensa una protección más marcada”.
El personal
En esa época, una de las revistas semanales más difundidas de Buenos Aires era “Fray Mocho”, que competía con la igualmente afamada y más antigua “Caras y Caretas”. En su edición del 20 de abril, “Fray Mocho” dedicó toda una página a la apertura de la sucursal del diario tucumano, ilustrada con cuatro fotografías. Tres de ellas eran retratos: uno del director del diario, don Alberto García Hamilton, y los otros del jefe de la sucursal, Antolín R. Lassús, y del “corresponsal telegráfico”, Germán Fernández de Villasante. Aparecía también un grupo de asistentes a la inauguración, y una imagen central mostraba el segundo piso donde, sobre la ventana de la oficina, en un gran cartel se leía: “LA GACETA de Tucumán. Diario de la mañana. El de mayor circulación en las provincias del norte”. Destacaba la crónica que Lassús era “un viejo conocido del periodismo rioplatense”, y director del periódico “El Comercio Argentino”.
Elogios porteños
Hacía notar igualmente “Fray Mocho”, que el breve lapso de cinco años transcurridos desde la fundación del diario, le habían bastado “para alcanzar la fila más avanzada que ya nadie le discute. LA GACETA es el primer líder del norte, por la altura e independencia de sus prédicas, por la excelencia de sus servicios informativos y por la costosa instalación de sus talleres gráficos. Más de cien mil lectores recorren diariamente sus columnas, amenizadas por la colaboración de las firmas tucumanas más prestigiosas y nutridas de información selecta”.
Añadía: “Único diario de la mañana, en Tucumán, apenas cesa el funcionamiento de las linotipos y principia a mover sus engranajes la rotativa, millares de ejemplares invaden los primeros trenes, para la campaña, para Salta, Jujuy, Catamarca, Santiago y parte de Córdoba y Santa Fe, donde son leídos en el día”.
Un poco de historia
Con la inauguración de la sucursal porteña, efectivamente LA GACETA marcaba una nítida diferencia con sus colegas de las provincias. En realidad, marcarla había sido un propósito sostenido a rajatabla por el fundador del diario, desde los comienzos.
La historia se remontaba a los años finales del siglo XIX. El periodista uruguayo don Alberto García Hamilton (1872-1947) atesoraba una excelente experiencia en el oficio. Se había iniciado en el periodismo desde adolescente, en Fray Bentos, donde llegó a dirigir el combativo periódico “El Comercio”.
Las turbulencias políticas orientales lo obligaron a trasladarse a Buenos Aires, en 1897. Un año más tarde llegaba a Tucumán. De inmediato entró a formar parte del elenco de “El Orden”, el diario más importante de la ciudad. Fue nombrado redactor (como se llamaba entonces al editorialista) y, a poco andar, desempeñaba la dirección interina en las ausencias del titular, don León Rosenvald.
La fundación
En los años que siguieron, don Alberto no sólo formó su hogar en Tucumán, sino que se integró, como activo protagonista, al ambiente cultural que en esos momentos se renovaba, por obra y gracia de la Generación del Centenario. Escribió obras de teatro, formó parte de la directiva de la Sociedad Sarmiento y estrechó amistad con el grupo que rodeó la fundación de la universidad, esto además de haber desempeñado una banca de concejal municipal.
Dejó “El Orden” en 1903, y por unos años se dedicó a la representación comercial de empresas porteñas, además de desempeñar algunas corresponsalías de diarios y revistas. Pero no pudo con el genio y volvió resueltamente a su pasión, el periodismo. Fundó así LA GACETA, cuyo primer número salió a la calle el 4 de agosto de 1912.
Algo distinto
Desde el comienzo, quiso hacer un diario distinto: el suyo aparecía los domingos, día en que tradicionalmente no se editaba ninguno. Al iniciarse 1913, ya tenía local nuevo e imprenta propia, a la vez que renovaba su servicio telegráfico y aumentaba notoriamente el contenido. Celebró el 9 de julio de 1914 con una edición de 22 páginas, nada menos. No lo arredraron las dificultades económicas que planteó en todo el país la Primera Guerra Mundial. Como tampoco lo desanimó, a fines de 1916, el ataque a balazos que perpetró contra el diario una turba de militantes políticos.
Tales constituían los hitos principales del primer lustro de LA GACETA, cuando inició su vida la sucursal de Buenos Aires, en ese segundo piso de la céntrica esquina de Avenida de Mayo y Perú.
Varios locales
Luego ocuparía otros locales. Funcionó largos años en la planta baja de Reconquista 346, y de allí pasó al sexto piso de Maipú 464. Actualmente, la sucursal tiene su sede en el moderno edificio de Juncal 1311, tercer piso. Allí la ha encontrado su centésimo cumpleaños.
Cinco meses después de inaugurada la agencia porteña, al celebrar un nuevo aniversario, el editorial expresaba que “vano ha sido el empeño para cubrirnos de obstáculos el camino. Cuantos han intentado cerrarnos el paso, han debido convencerse de que una fuerza moral incontrastable nos infundía, en cada dificultad a vencer, un nuevo brío. Esa fuerza moral no es otra que la opinión consciente de la provincia, interpretada por LA GACETA con fidelidad insospechable, en su brega de todas las horas por el ideal común”.