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CRISÓSTOMO ÁLVAREZ. En 1840, era uno de los altos oficiales de su comprovinciano Gregorio Aráoz de La Madrid

Un exitoso combate en Córdoba, en 1840.


Afines de 1840, Gregorio Aráoz de La Madrid, jefe del II Ejército de la Liga del Norte contra Rosas, estaba en campaña en Córdoba. Tenemos a la vista una carta inédita que le dirige Crisóstomo Álvarez, fechada en Campo de Recua (?) el 27 de diciembre. La informa que, según sus instrucciones, aprovechó la noche para “amanecer inmediato al escuadrón enemigo”. Supo después que este había pasado con dirección al río Carnero (?) y que “se componía de lo más selecto de la tropa del verdugo Rosas y constaba de 150 hombres”. Agregaba que “sin embargo de nuestra inferioridad numérica, continué sobre él, porque la tropa ardía por encontrarle”.

Sigue: “A las inmediaciones de la posta Castellanos, el enemigo nos percibió y para hacerse dueño del camino de la ciudad nos dio una carga impetuosa, que fue recibida con la mayor sangre fría, y que ocasionó una mezcla completa, durante la cual el enemigo, dejando gran número de muertos, pudo tomar individualmente el camino de la Capital, huyendo por nuestros claros o corriéndose por el bosque del los flancos”. Entonces, “dimos vuelta y lo perseguimos dos leguas lanceándolo por la espalda”.

En suma, “el enemigo ha dejado en el campo ochenta y dos muertos y seis prisioneros que remito a V.E. Nosotros hemos tenido dos muertos y siete heridos, incuso los bravos capitanes Guevara y teniente Díaz Vélez. Este es, Sr. General, el resultado de la empresa que V.E. quiso confiar a mi celo, y el de las fanfarronadas del enemigo, que aseguraba que venía a matar chanchos provincianos. Todos nuestros oficiales y soldados, muy principalmente los bravos Cazadores de Córdoba, con su valiente mayor Cabrera, les han hecho sentir que los provincianos peleando por la libertad y sagrados derechos de los pueblos son muy superiores a los esclavos del tirano”…