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La distinguida figura de Vicente Padilla.


El doctor Vicente Padilla fue una figura distinguida en Tucumán, durante las dos últimas décadas del siglo XIX y la primera del que pasó. Había nacido en esta ciudad en 1837 y se doctoró en Medicina en la Universidad de Buenos Aires, en 1880, con la tesis “Contribución al estudio de la higiene del soldado en guarnición”. Se desempeñó también, durante un tiempo, como médico militar.

Al producirse en 1880 la revolución porteñista contra el presidente Nicolás Avellaneda, actuó resueltamente en los contingentes armados que sostenían al gobierno nacional. Al ocurrir la epidemia de cólera en Tucumán en 1887, prestó igualmente sus servicios de médico. El gobernador Lídoro J. Quinteros lo designó ministro de Hacienda, y luego fue elegido diputado por Tucumán al Congreso Nacional, desde 1889 a 1892. Años después, desempeñaría otra vez la cartera de Hacienda, durante el progresista mandato del ingeniero Luis F. Nougués.

Asimismo, fue médico del Ferrocarril del Estado en su prolongación de Tucumán al norte, así como agente del Banco Hipotecario Nacional en la provincia. El doctor Vicente Padilla falleció el 6 de agosto de 1910, en su ciudad natal.

Era hombre de gran prestigio. En su tumba, Juan B. Terán le dedicó un cálido elogio. Recordando su actuación militar en el 80, dijo que “tenía condiciones de soldado, de honor y de bandera; pero era soldado por la clara franqueza de su espíritu, por la noble disciplina de su carácter, por la frescura juvenil de sus bríos y su ágil decisión para las luchas, aún bajo la melancolía de los años tardos y de las más crueles adversidades íntimas”. Añadió que “había en verdad un corazón abundante de sentimientos tiernos, en este hombre singularmente valiente y sereno”.