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LA GUERRA DEL PARAGUAY. Álvarez participó en varios de sus encuentros, y por su desempeño recibió condecoraciones.

El militar tucumano Manuel Antonio Álvarez.


Uno de esos militares aguerridos, que lucharon en cuanta guerra o entrevero se registró a lo largo de tres décadas, fue el teniente coronel Manuel Antonio Álvarez. Había nacido en Tucumán el 24 de marzo de 1836. Don Roque Álvarez y doña Isabel Maciel fueron sus padres. Cuando estalló la Guerra del Paraguay, formó entre los guardias nacionales que marcharon a participar en esos encuentros.

Álvarez se destacó peleando en las sangrientas acciones de Paso de la Patria, Estero Bellaco, Tuyutí y Curupaytí, así como en la toma de la batería de Itapirú. Su bravo desempeño le valió varias condecoraciones, que lucía con orgullo en el pecho de su uniforme de gala. Después, a órdenes del general Wenceslao Paunero, revistó en 1867 en las operaciones contra la montonera, desarrolladas en las provincias de Córdoba, La Rioja y San Luis. Fue ganando sus ascensos hasta el grado de teniente segundo, y se retiró del servicio en 1868.

Pero era un guerrero de alma y tres años más tarde solicitó su reincorporación. Con el grado de capitán, fue destinado entonces al comando de la frontera sur de Santa Fe. En 1874, pertenecía al regimiento 8 de Caballería, cuando estalló la revolución porteñista contra el Gobierno Nacional. Corrían los finales de la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento y los comienzos de la de Nicolás Avellaneda.

Álvarez marchó con la fuerza que comandaba Julio Argentino Roca, para sostener al Gobierno Nacional. En la batalla de Santa Rosa, donde fue vencido el rebelde general José Miguel Arredondo, recibió Álvarez una herida. Curada la misma, volvió a su destino de Santa Fe, y en 1879 fue destinado a Mendoza, con el grado de teniente coronel. En 1895, pidió su retiro definitivo del Ejército. El teniente coronel Manuel Antonio Álvarez murió en Buenos Aires, el 7 de abril de 1928.