Antonio Alice comenta su “Muerte de Güemes”
Es sabido que el artista Antonio Alice (1886-1943) ejecutó muy difundidos cuadros históricos de gran tamaño, como el titulado “Los constituyentes del 53”. Se debe también a su pincel otra tela célebre, “La muerte de Güemes”.
El 9 de febrero de 1943, Alice escribió un largo comentario sobre este último cuadro, en carta al doctor Joaquín Álvarez Muñoz. Le decía que a la “hermosa figura de caudillo valiente” del prócer, la veía “pictórica y llena de colorido”. Fue lo que lo atrajo para llevarla al lienzo. Luego se había guiado a través de lecturas de Bartolomé Mitre y de la “Guerra Gaucha” de Lugones, entre otras.
Así, “representé la escena que usted conoce, imaginando a Güemes herido de muerte en una emboscada”. Sobre “la rústica camilla improvisada, recibe a los parlamentarios enemigos que se presentan, enviados para ofrecerle su curación y al mismo tiempo para que se rinda. El sol en el ocaso, manda un rayo que ilumina por última vez al héroe”.
En un extremo de la tela, las sombras que se van son los parlamentarios realistas, a quienes Güemes rechaza. Se trata de “sombras enemigas”, que “deben desaparecer para siempre del suelo argentino”.
Se ve de frente al principal de sus jefes, el coronel Vidt, rodeado por quienes juran continuar la campaña libertadora. “Más allá, sus centauros, los famosos ‘infernales’, se agrupan con emoción profunda, para llorar”. En el extremo derecho, cerca del hombro de Güemes y como presintiendo lo que pasa, “aparece con su caballo un paisano negro, herido, que muy tímidamente se va acercando para ver al héroe, su jefe, que muere para liberarle de la esclavitud”. La escena “pasa bajo el árbol, un cebil colorado, según Mitre”.