Lo fundaron en 1928 para fomentar el teatro.
El 23 de julio de 1928, se reunió medio centenar de personas en la Sociedad Sarmiento, con el ánimo de fundar “una entidad para el fomento del arte escénico”, denominada “Ateneo Tucumán”, por iniciativa del maestro Enrique Mario Casella. Por aclamación, se nombró presidente provisorio al poeta Delfín Valladares, y en otros cargos a Casella, Francisco Quesada, Ramón Serrano, Teresa Ramos Carrión, Rosa F. Bustos, María Inés Cárdenas, Rosa Puig, Ricardo Chirre Danós, José Rubio Polo y Ángel Quagliata.
Días después, el 29 de julio, el “Ateneo” quedó definitivamente constituido, también en el local de la Sarmiento. Tenía gran amplitud de propósitos: crear un teatro infantil, otro popular, una “academia de buen decir”, organizar torneos literarios y “juegos florales”, etcétera. Se fomentaría la afición al arte escénico con funciones populares gratuitas, y “se daría acogida a todas las actividades artísticas”.
Para el 7 de agosto, en el Teatro Alberdi, quedó programada una función de teatro a beneficio del “Ateneo”, con la presentación de la compañía de Leopoldo Simari, con “Martorell, Magariños y Compañía”, de Malfatti, y “Tres personajes en busca de un autor”, de Pirandello. En la segunda parte, se desarrollará la presentación del “Ateneo Tucumán”, con monólogos, números musicales, fragmentos de teatro y recitaciones, a cargo de varios de sus miembros. La reunión constitutiva terminó con “una fiesta literaria íntima”. Los integrantes del “Ateneo” leyeron sus poemas, “en medio del entusiasmo general”. Destacaba la crónica de LA GACETA que a la velada la inició el niño Julio Ardiles Gray, “declamador de 6 años de edad, quien se expidió con gran habilidad”.