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EDMOND BUESSARD. Firma del docente francés, director por breve tiempo del primer colegio tucumano, el San Miguel.

Apoyo para el futuro Colegio San Miguel.


Del triste estado de la educación en Tucumán en 1854, puede dar una idea la nota que el gobernador José Posse dirigió, el 3 de abril, a la Sala de Representantes. Acompañaba una solicitud del francés Edmond Buessard, quien pedía la protección oficial para un “colegio de enseñanza comercial y literaria” que quería fundar. Era el futuro Colegio San Miguel, que de 1858 a 1862 dirigiría Amadeo Jacques.

Ponderaba la utilidad de “establecer una casa de educación en nuestra provincia, donde no ha existido desde (hace) muchos años una escuela de primeras letras que pueda merecer el nombre de tal”. Era sabido que “la falta absoluta” de “una casa de educación, ha obligado a los padres de familia a llevar sus hijos fuera, buscando en provincias lejanas los medios de abastecer a las necesidades intelectuales que sentimos, multiplicando los costos de la enseñanza y, lo que es peor, como sucede frecuentemente, perdiendo para el país esos mismos jóvenes que se educan, porque otras afecciones en una larga ausencia los desligan de la tierra natal”.

Subrayaba que “la necesidad de aprender no se limitará exclusivamente a la ciudad: la campaña también seguirá de cerca la influencia benéfica de la enseñanza, porque allí hay hacendados con medios de fortuna y buena voluntad para dar educación a muchos jóvenes, que hoy pierden sus años en el atraso y la barbarie”. Pedía que se asignara a Buessard la suma de 1.000 pesos anuales y se le permitiera disponer, para instalar el Colegio, “del edificio trabajado con ese objeto en el extinguido Convento de la Merced”. Aclaraba que el Gobierno contrataría con Buessard “la enseñanza de un número de jóvenes pobres de la ciudad y campaña, proporcionado a la cantidad pagada por el Estado, a fin de que en un periodo de tiempo más o menos largo, la educación primaria esté difundida en todas las clases de la sociedad”.