La columna de 1864 en plaza Independencia
Hemos recordado, hace poco, que existió una pirámide erigida por el gobierno rosista en la plaza Independencia, en 1841, en homenaje a Manuel Oribe y su triunfo sobre la Liga del Norte en la batalla de Famaillá. Ella fue demolida el 13 de julio de 1862 y se construyó, en su lugar, una gran columna cilíndrica con escalinatas. La respectiva ceremonia de inauguración fue el 10 de febrero de 1864. Allí pronunciaron discursos el gobernador José María del Campo, el juez federal Agustín Justo de la Vega, el coronel Juan Elías, Benjamín Villafañe y los doctores Salustiano Zavalía, Arsenio Granillo, Sabino O’Donnell y Ángel C. Padilla.
“Hace poco más de un año que en ese mismo lugar se alzaba un monumento bárbaro por sus formas, y más bárbaro todavía por la idea que le dio origen”, dijo el gobernador Campo. Era una pirámide “levantada para perpetuar la memoria de un partido que fundó la tiranía”. Recordaba que un día el pueblo de Tucumán, “indignado por la presencia de ese monumento de oprobio, quiso borrarlo de su suelo y al impulso de su cólera cayó deshecho en ruinas”. Consideraba que “el pueblo hizo bien en abatir la obra de la barbarie”.
Expresó que los partidos se distinguen “por sus ideas y por sus monumentos”. Allí estuvo una pirámide “erigida para glorificar la destrucción y la muerte de Avellaneda y otras ilustres víctimas: era el fruto de la índole y de las ideas del Partido Federal”. En su lugar, decía, “el Partido Liberal levanta una columna con todas las formas cultas y severas del arte europeo, dedicada a la memoria de una grande idea, de un acontecimiento nacional: a la jura de la Independencia de la República, declarada por el Congreso que, desde esta tierra, tuvo la gloria de anunciar al mundo nuestra existencia política”.