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ALFREDO COSSON. El profesor de nuestro Colegio San Miguel, en una fotografía de sus últimos años

Gracias a la “lectura expresiva” de Cosson.


“El Tucumán viejo y la primera biblioteca pública” se titulaba el artículo que José R. Fierro publicó en “El Orden” el último día de diciembre de 1928. El veterano docente (verdadero archivo de anécdotas tucumanas) proporcionaba datos sueltos respecto de nuestra ciudad entre las décadas de 1850 y 1870.

Por ejemplo, narraba que Alfredo Cosson, profesor del Colegio San Miguel que dirigía Amadeo Jacques, enseñaba “la lectura expresiva en público”, y que logró notables discípulos en la especialidad, como el luego “elocuente doctor Delfín Gallo”. Tales enseñanzas permitieron que, algunos de los alumnos, reemplazaran con ventaja a los actores “de las escasas compañías que llegaban por entonces”. Había oído contar “y lo creo”, decía, que “uno de los discípulos de Cosson fue recomendado para desempeñar el papel de Juan Tenorio; y se lució de tal modo, que los cómicos admirados le propusieron una gira”. No daba el nombre, pero agregaba que “este joven llegó a ser más tarde eminente0 hombre público, diputado nacional y progresista gobernador”.

Cuenta que las “mensajerías” o diligencias, entraban a la ciudad “por la calle de La Merced, que entonces se llamaba Urquiza”. Los pasajeros solían hacer constar por escrito el comportamiento del conductor: entre ellos, era famoso don Sileno Beltrán por su buen trato. Al Correo la gente le decía “La Renta”. En la hoy esquina San Martín y Maipú, estaba el “Teatro de la Esperanza” (sin duda se refiere al coliseo que quedó inconcluso y luego se demolió). El primer Hospital de Hombres funcionaba “al final de la cuarta cuadra de la actual calle Entre Ríos”. En cuanto al Hospital de Mujeres, se alzaba en la década de 1870 “más allá del Palomar, en la esquina del Pacará”, o sea San Martín y Catamarca.