Su rol en el Congreso de la Confederación
En su trabajo “Tucumanos en la Confederación Argentina”, Beatriz Bosch destaca las intervenciones del doctor Salustiano Zavalía en el Senado, en 1859. Por ejemplo, subrayaba la importancia de hacer navegable el río Salado. Decía que “con su explotación, el cuerno de Amaltea va a derramarse de un extremo a otro de la República”. Ante las urgencias de la guerra, bregaba “por el aumento de la renta fiscal, creando mayores impuestos”, pero era “contrario a las contribuciones extraordinarias y los empréstitos”.
Cuando se criticaba al Ministerio de Hacienda, lo defendía: “El déficit de las rentas fiscales en un Estado nuevo y a medio organizarse, no debe avergonzarnos, cuando naciones antiguas y poderosas viven carcomidas por el cáncer de una deuda que no tienen fuerza para cubrir”. En lo político, mocionaba la suspensión de la intervención federal en Mendoza, porque “se ha violado la autonomía, esencia de la forma federal, que sirve de base a la Constitución jurada”. En el debate sobre el punto, expresaba: “Deseo la conservación de nuestra Constitución, y dondequiera que asome un mal que pueda afectarla, deseo que se ponga remedio, pero de tal modo que la máquina administrativa no padezca. Soy conservador de nuestras instituciones y de nuestras autoridades, porque amo la paz y los derechos que aquellas nos reconocen, y por eso propongo una medida que tiende al sostenimiento de la primera, pero sin detrimento de la segunda”.
Apunta la historiadora Bosch que el tono de la oratoria de Zavalía “se eleva gozoso, si se trata de un suceso cultural, como la fundación de la Biblioteca del Congreso”. Expresaba: “¿Y quién pondrá en duda que una biblioteca es indispensable para el despacho del Congreso? Si hemos de encontrar la luz para buscar el acierto de las leyes que fijan el destino de las naciones, es preciso buscarla en los libros”.