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ALEJANDRO HEREDIA. En 1846, Tucumán sostenía que el Potrero de Aconquija pertenecía a sus herederos.

Catamarca lo obsequió a Alejandro Heredia


El gobernador de Tucumán general-doctor Alejandro Heredia desarrolló una campaña expansionista en toda la región. Luego de diversos triunfos militares y maniobras políticas, logró que Salta, Jujuy y Catamarca se pusieran bajo su “protectorado”. Además, Catamarca, por decisión de su Sala de Representantes, procedió a donar a la persona de Heredia el Potrero de Aconquija. En nombre del donatario, el entonces coronel Celedonio Gutiérrez tomó efectiva posesión de esas tierras serranas.

Pasaron los años. Heredia fue asesinado en 1838 y, luego de la batalla de Famaillá, el ya general Gutiérrez fue elegido gobernador de Tucumán. A fines de 1846, el gobernador de Catamarca, Manuel Navarro, reclamó el Potrero de Aconquija, al que consideraba ilegalmente ocupado por tucumanos. Gutiérrez contestó el 9 de diciembre con una áspera nota. Le recordaba que la donación fue hecha a Heredia, “en plena propiedad y en recompensa de los grandes servicios que prestó a la República”; y que después los “salvajes unitarios“, además de haberlo asesinado, “robaron escandalosamente sus bienes”.

Se preguntaba: “¿Cómo, pues, el gobierno de Catamarca, celoso defensor de los principios que sostiene la Confederación Argentina, no tiene reparo en asegurar que el Potrero del Aconquija pertenece al fisco de esa provincia? ¿La Honorable Legislatura de Catamarca tuvo facultad para donarlo? ¿Los impíos salvajes unitarios, cuyos actos son considerados nulos en toda la República, tuvieron facultad para revocar la donación? Tales son las preguntas a que deberá contestar, antes de asegurar que el Potrero de Aconquija pertenece al fisco de Catamarca. Entretanto, la justicia y las leyes, en perfecto acuerdo, consideran que esa donación es válida y que hoy debe aprovechar a los legítimos herederos del general Heredia”, expresaba.