Teran sugería un Instituto Técnico en 1919.
A comienzos de 1919, LA GACETA puso sobre el tapete el problema de la instrucción secundaria en Tucumán. Uno de los primeros consultados fue el rector de la Universidad, doctor Juan B. Terán. El 2 de febrero, este opinó que lo mejor sería “crear establecimientos de otro tipo, respondiendo a las diversas clases de estudiantes”. Esto porque había jóvenes que “no tienen vocación, ni tienen posibilidad de hacer largas carreras, como son los universitarios”. Para ellos, “el país necesita crear institutos que sean a un tiempo de enseñanza general y profesional“.
A ese tipo se aproximaban la Escuela Normal, que daba una profesión tras 4 años de estudios, o la Escuela de Comercio, o la Escuela Profesional de Mujeres. Pero, decía Terán, “no hay necesidad de hacer una escuela para cada tipo profesional. Yo escogería la Escuela de Comercio para hacerla servir como núcleo de la transformación, y fundaría sobre esa base un instituto General y Técnico”.
Allí, la enseñanza general sería común (lengua, matemáticas. ciencia), y “luego vendrían las especializaciones: peritos industriales, peritos comerciales, químicos, electricistas”. Y así, “concluidos ambos ciclos, a los 19 años más o menos, los egresados pueden comenzar a ‘hacer’ su vida”.
Lamentaba “que se haya comenzado por la Escuela de Comercio en este centro mediterráneo, con escaso comercio, y no por la Escuela Industrial, que tendría ambiente auténtico. Antes de abrir una casa de negocio, es necesario poder llenar los estantes. Nuestros peritos mercantiles se me figuran hombres que están delante de una armazón grande de estanterías vacías. Necesitamos producir, y a ese fin debe concurrir la escuela; y como somos mediterráneos necesitamos producir manufacturas, pues sin transformación el producto agrícola no puede soportar la montaña de la tarifa ferroviaria”.