Catalán, actuó en Tucumán de 1875 a 1886
Pocos datos biográficos se tienen de don Enrique Aymerich. Pero merece un recuerdo este docente de larga actuación en Tucumán, a finales del siglo XIX, en nuestra Escuela Normal. Integró su primer elenco de profesores, al fundarse la misma en 1875. Su ex alumno José R. Fierro recuerda que era “un catalán algo testarudo”, pero “bastante ilustrado”, que enseñaba Castellano, Geografía y Dibujo.
Apunta que “no era muy respetado al principio”, y que los alumnos aprendían de memoria los textos para molestarlo y mirarlo fijamente, prescindiendo del libro, a la hora de leer. Pero Aymerich “poco a poco logró imponerse por su saber” y convertirse en un docente “muy respetado y querido”.
Durante el rectorado de Paul Groussac (1878-83) Aymerich se desempeñó como vice director, y quedó al frente del establecimiento en 1883, cuando Groussac renunció al cargo. Bajo su gestión, la Escuela sería elevada a la categoría de “Normal de Profesores”. Aymerich dejó la dirección a comienzos de 1886. Resolvió radicarse en Córdoba y lo reemplazó en marzo el literato y político Silvano Bores. Muchos años después, en 1901, vino a visitar a los tucumanos. La Escuela que había dirigido ofreció una gran fiesta en su honor, el 3 de julio de ese año. Se invitó a todos los ex alumnos. Hubo clases prácticas de Lectura, Moral, Economía doméstica, Ejercicios físicos y declamaciones. Según la crónica de la “Revista de Tucumán”, el “corazón del viejo maestro fue vivamente impresionado”. Pronunció emotivas palabras de agradecimiento, con un recuerdo cariñoso para su antiguo colega Groussac. La revista lo calificó de “profesor avezado y concienzudo: durante doce años enseñó casi todas las materias de su vasto programa; educó con la doctrina y con el ejemplo a una pléyade de maestros”.