Padilla insistía en que ampliara su radio
Mayúscula importancia, para los monumentales “Cancioneros” de Juan Alfonso Carrizo, tuvo la tarea de animador que desarrolló el doctor Ernesto Padilla. En carta a Alberto Rougés del 22 de setiembre de 1933, dedicaba largos párrafos al asunto. Carrizo le parecía “una maravilla”, pero advertía que “hay que cuidarla de que eche moho”. Bromeaba sobre la notoria gordura del investigador. Decía que “es de tendencia sebácea, como su volumen lo indica. Donde va, quiere anclar, y circunscribe su campaña de investigación, creyendo que ahí tiene limitado su horizonte. No concibe la necesidad de movilizarse, aunque sea en excursiones de exploración”. A su juicio, Carrizo no había comprendido que “si Monteros es rico, debe ser rico también Famaillá, Chicligasta, Río Chico, Graneros, y que debe tener una noción de lugar y de medio social que abarque toda la provincia”. Pero, decía, “el hombre, a pesar de sus excelentes aptitudes, tiene que resignarse a la ley de la gordura, es decir tiende a plantarse”. Había pasado en el ingenio Santa Rosa la última zafra, “y hasta por el recorrido del mapa que me ha enviado, veo que no se ha aproximado a Los Rojos, a La Florida, a Los Sosa, a Caspinchango, a todo el viejo Tucumán; y tampoco a la región vecina de Río Seco (Cochuna, Campo Volante, Güemes, Cejas, Arocas) de miedo tal vez a la fama de cuatreros de su pobladores”…
En fin, dejando “la broma al lado”, indicaba que Rougés debía alejarlo de Santa Rosa, porque “tiene que aprovechar bien estos seis meses (de contrato) que tiene por delante”. Faltaban todavía Santiago del Estero”, con su “trabajo de revisión y ampliación”, y Catamarca. “Así tendrá hecho un magnífico trabajo sobre el norte argentino con sus cinco provincias, que será la obra más importante de su género en América”.