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“GIL BLAS”. Un periódico tucumano de 1890, con el retrato de Silvano Bores en la portada.

Juicio sobre el panorama vigente en 1901.


La “Guía ilustrada de Tucumán” (1901) de Colombres y Piñero, insertaba un artículo sobre el periodismo local, firmado con el seudónimo “Un viejo”. Empezaba diciendo que “el periodismo en esta provincia, lo mismo que la república toda, excepción hecha de la Capital Federal, está bien lejos de constituir una profesión.

Sin embargo, cuenta con muchas simpatías entre la juventud de algún estudio. Tiene esta grandes disposiciones para el mismo, pero como es un ocupación poco lucrativa, el aliciente de escribir se desvanece como las ilusiones juveniles, a medida que los años dejan la enseñanza experimental de que es necesario vivir sin atender, ni fijarse, en que ‘no solamente de pan vive el hombre”.

Añadía que “la actividad industrial, la actividad agrícola y aun la actividad política con sus vicios y sus descréditos, atrae con ventaja la atención de los hijos de esta tierra que no cuentan, entre sus buenas cualidades, con la perseverancia, la virtud mágica de los grandes éxitos”.

Así, “optan por lo más fácil y positivo, y quizás tengan razón; y tal es la causa por la que la mayoría de los que diríamos nuestros periodistas, no han sido más que ‘diletantes’ en cuestiones de prensa”.

Advertía que “sin embargo, no ha habido una cabeza pensadora que haya dejado de hacer armas en la prensa, unos por verdadera afición, y otros como medio de surgir y pescar una buena posición política”.

Hacía comentarios luego sobre una serie de hombres relevantes del oficio. Entre ellos José Posse, Pedro Alurralde, Lídoro J. Quinteros, Zenón J. Santillán, Javier F. Frías, Manuel Gorostiaga, Benjamín Posse, Ernesto Colombres, Silvano Bores, Emilio Carmona, Ricardo Gramajo, Patricio Gallo y Damián Garat.