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PAUL GROUSSAC. El maestro franco-argentino, en su despacho de la Biblioteca Nacional.

Groussac atacaba esas creaciones, en 1894


Paul Groussac (1848-1929), residente en Tucumán desde 1871 hasta comienzos de 1883 -descontando intervalos- llegó a adquirir una gran experiencia en temas educativos, como profesor de nuestro Colegio Nacional, como director de nuestra Normal o como inspector en la región. De esa experiencia sacó conclusiones que expondría, a lo largo de su vida, no sólo en informes al Ministerio, sino en artículos periodísticos, de tono cáustico por lo general.

En una de sus “Notas de la semana” (16 de setiembre de 1894) que publicaba en el periódico “Le Courrier Francais”, de su dirección y editado en Buenos Aires, se declaraba en contra de las “Quintas Agronómicas”. Había visto surgir una de ellas en Tucumán, dependiente del Colegio Nacional, en 1871, bajo el rectorado de don José Posse, que fue alternativamente su amigo y su enemigo.

Expresaba -traducimos- que “hemos asistido, a lo largo de veinte años, a la creación sucesiva o simultánea de una docena de Escuelas de Agricultura o Quintas Agronómicas en Tucumán, en Salta, en Mendoza y otros lugares favorecidos. El ‘modus operandi’ no varía. Se comienza por nombrar un personal tan completo como abigarrado, con sueldo fijo; luego se compra un terreno, se levantan construcciones; se excavan canales; se compran plantas y semillas; se reclutan algunos alumnos por el incentivo de bolsas bien provistas”.

Agregaba: “Corren dos, tres años: exámenes ‘brillantísimos’ de cuatro pelagatos, informes entusiastas de la Comisión al director, al gobernador. Luego, el relajamiento: la Escuela se cierra, se convierte en vendida o alquilada. Un último informe ministerial, demostraba que el establecimiento no rendía ningún servicio, a causa de programas, de profesores, de alumnos, del terreno elegido…”