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MIGUEL MOISÉS ARÁOZ. En 1868, el prelado tucumano fue nombrado Vicario General del Obispado de Salta.

Queja por el alejamiento del obispo Aráoz.


El prelado tucumano, monseñor doctor Miguel Moisés Aráoz (1825-1883), fue una figura prominente del clero argentino del siglo XIX. Designado en el cargo honorario de Obispo de Berissa, desempeñó en esta ciudad numerosas dignidades eclesiásticas, además de ejercer la docencia en el Colegio Nacional. Sucedió que, en 1868, el Obispo de Salta lo nombró Vicario General, nombramiento que significaba su traslado.

El diario “El Pueblo” que se editaba en Tucumán, publicó un editorial de protesta, titulado “Un clamor”. Decía que eso “nos contrista, y no trepidamos en levantar nuestro clamor hasta el cielo y hacerlo oír al pueblo todo y más al Señor Obispo”, porque “nada encontramos de justificable en esta resolución”. Inquiría: “¿qué justicia hay en arrancar de nuestro seno a un ser que nos pertenece?” Porque “nos consta irrefragablemente que el señor Aráoz, aparte de su modestia, no acepta ese destino sino únicamente por deferencia al Señor Obispo; que quiere más vivir entre nosotros, continuando su carrera de favorecernos, y que al separarse lleva en su pecho la palpitación de la víctima. Nos preguntamos: ¿no hay un sacerdote en Salta que pueda, a satisfacción del Señor Obispo y de la Iglesia en general, desempeñar ese puesto?”. Entonces “¿cuál es el propósito de alejarlo de nosotros al señor Aráoz, privándonos de él?”.

Decía también que el Gobierno, “que oye el clamor de sus gobernados, tan justo como unánime, ¿qué dice?, ¿qué hace? Nos asiste la esperanza de que, a nombre del pueblo que lo colocó al frente de sus destinos, y que participa de las mismas simpatías que nosotros por el señor Aráoz porque conoce sus méritos, no dejará de representarnos ante Su Señoría Ilustrísima, y rogar e instar por la revocación de la resolución episcopal”.