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ANTONIO AGUDO ÁVILA. De pie, en la juventud, posa con su amigo y colega, el doctor José Luis Aráoz.

El tucumano Agudo Ávila asistió a Yrigoyen.


Una destacada figura de la medicina nacional fue el tucumano Antonio Agudo Ávila. Nacido en Monteros el 3 de enero de 1874, se doctoró en Buenos Aires a los 20 años con la tesis “Otitis de las células mastoideas. Diagnóstico y tratamiento”. Se especializó en las enfermedades del sistema nervioso y el consultorio que abrió en la Capital Federal adquirió rápido prestigio. Fue, además, catedrático de la Universidad porteña y médico de importantes hospitales. La Facultad de Medicina de Francfort lo nombró profesor honorario de Psiquiatría, disciplina sobre la que disertó en varios centros universitarios de Europa.

En 1920, el Ejecutivo Nacional le encargó constituir y organizar la Universidad del Litoral. Idéntica misión cumplió, en 1922, como organizador de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario. Durante el mandato de Marcelo T. de Alvear fue presidente del Departamento Nacional de Higiene, cargo que entonces equivalía a la cartera ministerial de salud. Tendría allí fecundo desempeño.

El doctor Agudo Ávila era gran amigo de Hipólito Yrigoyen, a quien asistió también como médico de cabecera. En la segunda presidencia del líder radical, asomó por la política, como candidato a senador nacional por Tucumán. Pero lo afectó la división de la UCR en “personalistas” y “antipersonalistas”. En efecto, el Partido Liberal eligió senador a don Alfredo Guzmán, en 1927 y los “personalistas”, reunidos en minoría en asamblea, eligieron a Agudo Ávila, en mayo de 1928. La cuestión de a quién correspondía la banca fue zanjada el 21 de junio de 1928, cuando el Senado Nacional aprobó el diploma de Guzmán y desestimó el de Agudo Ávila. El distinguido médico murió en el transcurso de un viaje a Europa, el 29 de abril de 1932, en Turín.