“Memoria” sobre Tucumán que nunca redactó.
El 16 de agosto de 1855, el presidente de la Confederación Argentina, general Justo José de Urquiza, dispuso por decreto una comisión para el sabio francés Amadeo Jacques. Debía acompañar al gobernador de Santiago del Estero, “en la campaña que va a emprender contra los indios”. Y, en su transcurso, realizaría estudios acerca de la naturaleza, vegetación y otros aspectos, “sobre la margen derecha del río Salado en la dirección al Bracho y terrenos adyacentes”.
Dos días más tarde, el 18 de agosto, Urquiza y el vicepresidente Santiago Derqui expidieron otro decreto sobre Jacques. Consideraban que el gobierno de la Confederación necesitaba “tener conocimientos geográficos y procurarse todos los antecedentes que puedan servir para hacer conocer en el exterior las producciones de nuestro territorio, la naturaleza de su clima, la feracidad de su suelo, y cuanto tenga relación con los objetos que se propone”,
En consecuencia, se acordaba comisionar “al doctor don Amadeo Jacques para que, mientras se incorpora a la expedición sobre el Chaco (el Chaco santiagueño), o bien después de realizado el estudio que debía hacer asociado a ella, se contraiga, según las instrucciones que reciba del Gobierno de Tucumán, a estudiar la geografía de dicha provincia, a reconocer sus minas, y a procurarse los conocimientos cosmográficos que sean necesarios para completar su trabajo”.
De esa tarea, debía elevar, para conocimiento del Gobierno de la Confederación una “Memoria Descriptiva”, además de “un plano que pueda servir para explicarla”. Durante la comisión, gozaría del mismo sueldo de 100 pesos mensuales fijado para las tareas en Santiago. No se sabe que Jacques confeccionara la “Memoria” sobre Tucumán. Pero sí se sabe que en 1858 asumió la dirección de nuestro primer colegio oficial, el “San Miguel”.