Tarea pionera y poco conocida de Miguel Lillo.
Es sabido que el doctor Miguel Lillo (1862-1931) fue el gran pionero de la investigación científica de flora, fauna y gea en Tucumán. Desarrolló esa tarea de manera tan imponente como solitaria, desde la adolescencia hasta el último día de su vida.
Pero, además, sucede que puede considerárselo también como un pionero de la actividad relativa a los museos en nuestra provincia. Sería, así, el “primer museólogo de Tucumán”. Así lo afirma un trabajo de Sara Peña de Bascary, especialista a cuyo cargo estuvo el diseño y armado del magnífico “Museo Histórico Doctor Miguel Lillo y su tiempo”. Como se recordará, sus cinco salas se inauguraron el 4 de mayo último, con enorme concurrencia de público, en las dependencias de la Fundación que lleva el nombre del sabio. La museóloga Peña de Bascary recuerda que Lillo dirigió “ad honorem” ese Museo de Historia Natural que se fundó en Tucumán, en 1915. Expresa que “los libros copiadores de su correspondencia, que están inéditos, permiten apreciar a un apasionado museólogo”, dotado de “profesionalismo y dedicación por las colecciones y por su presentación”.
En efecto, Lillo tanto diseñaba las vitrinas, como confeccionaba los minuciosos inventarios del instrumental. De acuerdo a la investigación citada, Lillo inclusive “realizó un croquis descriptivo del Museo, y lo dibujó en uno de sus libros copiadores”. Asimismo, presentó “el proyecto de las áreas en que se dividiría, y de sus requerimientos”.
Su proyecto sería concretado recién varios años después, pero hasta sus últimos días lo preocupaba la demora en llevarlo a efecto. Todo esto se puede apreciar, ahora, en el museo recientemente inaugurado.