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TAPA DEL ÁLBUM. Por un error, la lujosa portada llevaba la fecha MCMXIII, en lugar de MCMXXIII.

El álbum de firmas para monseñor Piedrabuena.


En materia episcopal, hasta 1898 la diócesis de Tucumán dependió de la de Salta. Ese año, instituida la diócesis de Tucumán, su primer titular fue monseñor doctor Pablo Padilla y Bárcena (1848-1921). Fallecido este, fue designado en su reemplazo, en 1923, monseñor Bernabé Piedrabuena (1863-1942), distinguido prelado tucumano que anteriormente se había desempeñado como obispo de Catamarca.

La Sociedad de Beneficencia de Tucumán entregó a monseñor Piedrabuena, con motivo de su consagración, un álbum de firmas. La tapa, en cuero de Rusia, llevaba en letras de bronce las leyendas latinas “JHS. II Episcopus Tucumanensis. MCMXIII” (notar la curiosa errata: 1913 en lugar de 1923).

Además, también en bronce, estaba su escudo de obispo, con el lema “Omnibus debitori sum”, que significa “Soy deudor de todos”. Al texto de apertura del álbum, lo firmaba el doctor Juan B. Terán, fundador -y entonces rector- de nuestra Universidad.

Expresaba: “Ilustrísimo Señor: Practicar las enseñanzas de Cristo es la más ardua tarea del hombre. Entregar la vida y todas las potencias del alma a infundirlas en el corazón de los demás, es tarea de elegidos, cuyo sello es la capacidad de sacrificio de sí mismo, a imitación del divino ejemplo. Loado sea ese signo de grandeza humana, que consiste en comprender a un tiempo la humildad esencial del hombre y su sublime destino. Esa comprensión es la sabiduría: luz que encienden, al mezclarse, la aceptación de la vida como una lucha y la visión de la muerte como el principio de otra vida”.

Terminaba: “Ese signo está en vos, Monseñor, y luce vuestro espíritu esa sabiduría. Ven alborozados y se siguen hoy esa luz, a la distancia, los que después de larga espera os ven venir a esta tierra, donde el amor de hijo agregará un grano a vuestro celo apostólico y un rayo de luz a la corona de vuestras virtudes”.