Al constituyente tucumano Salustiano Zavalía.
Sin duda, es común que cuando una persona se casa, los amigos le escriban cartas de felicitación (esto, cuando se escribían cartas). Pero la -inédita- que transcribimos tiene especial interés, por la condición del remitente y por su alto tono de afecto: es la que Justo José de Urquiza envió a un tucumano, el doctor Salustiano Zavalía, con motivo de sus segundas nupcias.
Zavalía era viudo desde 1850 de doña Genuaria Iramain, con la que había tenido 7 hijos. En 1853 partió a Santa Fe para incorporarse, como diputado por Tucumán, a la Asamblea General Constituyente. Su apostura y su culta conversación pronto le abrieron los salones de la ciudad. Un día, conoció a una joven santafesina, Emilia López Basaga. Se enamoraron y se casaron el 12 de octubre de 1853. Con ella volvería Zavalía meses más tarde a Tucumán, y 11 hijos nacerían de ese matrimonio.
Urquiza era Director de la Confederación Argentina y sería elegido su presidente cuatro meses después. El 6 de noviembre de 1853, desde San José, escribió a Zavalía: “Estimado amigo: su carta del 31 de octubre, en la que me participa V. su nuevo estado y el haberse enlazado con la señorita Da. Emilia López de Basaga es tan cumplida, tan amistosa y tan obligatoria, que no tengo expresiones con que manifestarle mi reconocimiento”.
“El lenguaje de toda ella revela tanta sinceridad, tanta nobleza, que ha venido a aumentar las convicciones que antes tenía sobre sus calidades y ha redoblado la estimación particular que le profeso. Deseo a V. en su nuevo estado toda clase de felicidades, y que la señorita Da. Emilia López me cuente, desde que es su compañera, en el número de las personas que la estiman y con la voluntad de poderle ser de alguna utilidad, pues soy de V. affmo. amigo y S.S: Justo José de Urquiza”.