Un pedido al Consejo Nacional de Educacion
Es conocido que la escuela de los frailes de San Francisco fue la más antigua que tuvo Tucumán: se remontaba a los tiempos de Ibatín, según la tradición. El 1 de abril de 1889, el político y literato tucumano Silvano Bores dirigió una nota sobre ese establecimiento al presidente del Consejo Nacional de Educación, doctor Benjamín Zorrilla.
“Le escribo estas líneas -decía- buscando su protección para la escuela gratuita que tienen los Padres Franciscanos en esta ciudad. Es una buena escuela, mi amigo, de vieja y autorizada tradición; pues mucho antes de que la Provincia, o la Nación más tarde, abrieran las suyas para educación de los niños, los franciscanos enseñaban. Casi todos los tucumanos mayores de treinta años recibieron en esas aulas el bautismo intelectual”.
Manifestaba Bores que “actualmente cuenta con 108 niños como asistencia media; y cuenta con una dirección inteligente, cariñosa, moral y estimulante, donde los niños pobres, más bien huérfanos, reciben todo de los padres franciscanos; desde el libro hasta la bendición moral, tan necesaria para los que no tienen sobre la tierra quien los consuele con ese signo de invisibles esperanzas”.
En lo párrafos finales decía al doctor Zorrilla que “proteger esta escuela es obra buena. Le toca a usted, como presidente del Consejo Nacional de Educación, la noble misión de tenderle una mano. ¿La dará, mi distinguido amigo? Anticipándome, he afirmado que sí, pues quien ha levantado la educación en la República, no puede pasar sin mirar una escuela que le sale al encuentro, pidiéndole protección”. Bores terminaba enviando al alto funcionario “los votos sinceros de mi amistad”.