Imagen destacada
SILVANO BORES. Tocó al gran orador despedir los restos del joven hombre de prensa.

Federico F. Calvet actuó y murió en Tucumán


Federico F. Calvet fue un periodista de pluma belicosa, con gran actuación en las últimas décadas del siglo XIX. Tenemos escasos datos de su persona, pero merecen quedar asentados para la historia del oficio. Se sabe que era uruguayo, de Montevideo, y que había nacido en 1862; que se estableció en Tucumán, donde sería redactor de “El Orden” en 1889 y del efímero “El Tucumán”, de 1891, y que murió repentinamente aquí el 11 de febrero de 1894. No tenemos su retrato.

“Ha caído en la pelea, sobre suelo extranjero, trabajado por las arduas e ingratas tareas del periodismo”, lo despidió “El Orden”. Estaba dotado de “talento natural, ardiente fantasía, brillante estilo y vasta ilustración: era periodista de raza y de escuela; y si era nervioso y violento, tuvo siempre el raro valor de afrontar todas las responsabilidades de sus actos y sus escritos”. Era, además, “un excelente amigo y un gran corazón”.

Lo velaron en casa del teniente coronel Lucas Córdoba. En el Cementerio del Oeste, habló Silvano Bores. Dijo que la tumba recubría ahora “el corazón más franco, más activo, más juguetón y más bueno, que haya latido en el cuerpo de un hombre joven”. Como “espíritu pensador, tenía condensaciones avasalladoras; corazón valiente, tenía corrientes tempestuosas; hijo del infortunio, era compañero de los infortunados; viajero del dolor, fuego fatuo en las noches cargadas de sombras, soltaba por consuelo la palabra sonriente del destino”

Bores agregó que, a pesar de su joven edad, Calvet “no tuvo juventud, y ha muerto guardando en el silencio de su vida infortunada, el secreto de sus pasiones intensas: periodista y orador de combate, sólo amaba la lucha y luchando ha muerto”.