El traslado del Congreso demandaba gastos
Como es sabido, el Congreso de las Provincias Unidas trasladó su sede a Buenos Aires, a comienzos de 1817. La mudanza creaba problemas económicos a los diputados, dada la erogación que el viaje y la permanencia en Buenos Aires representaba.
Así, el 29 de enero de 1817, el Cabildo de Tucumán trató un oficio de los representantes de esta provincia, doctores Pedro Miguel Aráoz y José Ignacio Thames, fechado varios días antes. Solicitaban “tener en consideración los costos y gastos superiores” que se veían obligados a enfrentar, y expresaban que “por lo mismo, parecía muy racional aumentarles el sueldo que gozan, de 1.500 pesos anuales”, fijados en concepto de que las sesiones se efectuarían en Tucumán.
El Cabildo resolvió acceder al pedido, y “aumentar, a cada uno de dichos señores diputados, 500 pesos más sobre los 1.000 y 500 que disfrutan”. El incremento sería “por sólo el término improrrogable del presente año de 1817, y no más”. Esto, decía el acta, “en atención de que el pueblo que sufre los arbitrios, no puede continuarlos por más tiempo sin destruirse en sus haberes y fortunas”. Y “mucho más cuando se halla recargado de otras pensiones, todas dirigidas en auxilio y sostén de las presentes necesidades de la guerra”, lo que tenía “obstruidos, en la mayor parte, los recursos de su comercio, agricultura, industria y demás que hacen la felicidad de una población”.
Acordaba que, “para que se aseguren en la Capital de Buenos Aires los 2.000 pesos que gozará cada uno de los señores diputados, y no padezcan en su percibo demora o contingencia”, se oficiara, con testimonio del acta, al Director Supremo. Se le pediría allí que hiciera efectivo ese pago a las Cajas Generales de Buenos Aires, “con cargo de escrupuloso reintegro” por el Cabildo de Tucumán, dando aviso de tal medida a los diputados.