El interino Eusebio Rodríguez.
Entre las figuras tucumanas destacadas del siglo XIX, merece un recuerdo la de don Eusebio Rodríguez. Había nacido en esta ciudad en la primera década de esa centuria, hijo de don Blas Rodríguez y doña Carmen Robles, gente de vieja tradición. Vivía en la hoy calle San Martín al 500, en una gran casa que llegaba a la esquina Muñecas. Era dueño, entre otras posesiones rurales, de la gran finca “La Ramada”, en el departamento Burruyacu.
Refrendó los decretos de los gobernadores Pedro Garmendia y el interino Marco Avellaneda, en tiempos de la Liga del Norte, como Oficial Mayor del despacho, cargo donde reemplazaba al ministro.
Fue, en 1851, miembro de la Sala de Representantes de la Provincia. Posteriormente, durante la administración del doctor Uladislao Frías (1869-1871), se desempeñó como Ministro General de Gobierno. El 18 de diciembre de 1870, asumió la gobernación delegada, por haber sido designado el titular, doctor Frías, comisionado nacional en la provincia de Jujuy. Ejerció ese cargo hasta el 7 de febrero de 1871, fecha en que Frías reasumió sus funciones, hasta concluir su mandato en octubre de ese año.
Don Eusebio falleció meses más tarde, el 24 de enero de 1872. En su testamento, dejó importantes donaciones (1.000 pesos plata a cada uno) a los templos de Santo Domingo y de La Merced, así como al Hospital de Hombres y al Hospital de Mujeres. Su hijo adoptivo, don Pacífico Rodríguez, cumplió escrupulosamente con estas mandas.
El rostro y la apostura de don Eusebio Rodríguez, se conocen gracias al magnífico retrato al óleo que ejecutó el pintor Ignacio Baz. Lo conserva una de las ramas de su parentela en nuestra ciudad.