Las reflexiones de Jaimes Freyre en 1916
Es sabido que Ricardo Jaimes Freyre (1868-1933) quien vivió, escribió y enseñó veinte años en Tucumán, fue un poeta de fama continental. Y también un historiador de mérito, autor de cinco sólidos libros sobre el pasado de nuestra región. En el prólogo del último, “Historia del descubrimiento de Tucumán, seguida de investigaciones históricas” (1916), subrayó el ocaso irreversible de una manera de escribir historia.
Expresó que “los historiadores que se limitan a narrar; que ponen al alcance de todos los lectores el conocimiento de lo pasado; que ocultan la labor previa, ardua y paciente, de documentación y de análisis; que sólo ofrecen en sus libros el resultado del minucioso y metódico trabajo de investigación, sin presentar, al mismo tiempo, el cuadro completo de sus esfuerzos, su caudal de informaciones, su examen de textos, su compulsa de viejos papeles y sus deducciones, no se encuentran hoy, ni por excepción, entre nuestros hombres de letras”.
Añadía que, entonces, “la historia, en estas condiciones, ha dejado de ser la lectura fácil, amena y atrayente que compartió con la poesía el encanto de tantos espíritus. Lenta, fatigosa y sabia, se incorpora al grupo de las ciencias que exigen noviciado, iniciación, amor y consagración especiales. Se ha restringido así, poderosamente, el círculo de su influencia”.
Advertía que, por todo eso, su libro ensayaba “una especie de conciliación entre ambos extremos”. La primera parte era “narración lisa y llana”. La segunda ofrecía los documentos que había utilizado en la primera: es decir, “la comprobación de mis asertos”.