Nuevos ámbitos para la joven Universidad
El pintor y dibujante Atilio Terragni (1887-1962) residió, trabajó y enseñó durante más de dos décadas en Tucumán, desde 1915 hasta 1936. Fue profesor de la UNT y director de su Escuela de Dibujo, director del Museo de Bellas Artes y presidente de la Comisión Provincial de Cultura.
En ese tramo, “no sólo llegó a convertirse en la figura de más prestigio en materia de artes plásticas sino que, por su parte, logró absorber clara y profundamente las características de nuestra gente, captar sus valores más significativos, comprender sus procesos históricos e internalizar los avatares de su cultura”, escribió Celia Terán.
Creemos poco o nada conocida una de sus iniciativas. Llevaba como título “Proyecto de edificio para el Salón de Actos de la Universidad de Tucumán, que consta, además, de una gran sala para Biblioteca, de cuatro aulas y demás dependencias”. El plano “arquitectado por Atilio Terragni”, a escala de “tres milímetros por un metro”, con fachada, frente lateral y plantas, se publicó en una página desplegable de la “Revista de Tucumán”, número 6-7, de noviembre de 1917. La revista era órgano de la casa de estudios, y la dirigía Manuel Lizondo Borda.
En esa época, la Universidad aún no se había nacionalizado, y se sostenía trabajosamente con partidas del presupuesto provincial. Por cierto que el suntuoso edificio que proyectaba Terragni nunca llegó a realizarse. Pero, de todos modos, queda como testimonio de la capacidad del profesor en ese rubro, y del entusiasmo que quienes trabajaban en la entonces joven institución alentaban sobre sus perspectivas.