Se dispuso enmarcarla con otro documento, en 1831.
El texto del acta de la Independencia Argentina, declarada en San Miguel de Tucumán en 1816, recibió los más variados homenajes. Tiene detalles curiosos uno que narra la página del Archivo General de la Nación, al reproducir el respectivo documento.
En 1831, el Gobierno de Buenos Aires solicitó, al ingeniero Carlos Enrique Pellegrini (padre del futuro presidente), un presupuesto para la confección de dos cuadros. Uno debía contener el acta de nuestra Independencia, y el otro el texto del Tratado preliminar de paz con el Imperio del Brasil. Ambos, adornados con “símbolos y figuras jeroglíficas”.
Pellegrini presupuestó minuciosamente los ítems. Ellos eran la “composición y dibujo de dos cuadros con sombras y colores”; la “escritura de los dos cuadros por un hábil profesor”; los “dos marcos ovales de caoba maciza, revestidos de jacarandá recortado en festones”; las dos tablas ovales “ensambladas a no poder doblarse, forradas de cartón y raso verde, incluso los dos vidrios correspondientes”.
Asimismo, la plata para “la guarnición del frente”, además de “labrarla en óvalo, recortarla en festones y estrellas, embutirla en la madera, pulir y embarnizarlo todo”; la “plata sobredorada para chapear y ocultar los costados de los marcos”; los dos “moños de plata sobredorada, en el que se esculpirán las dedicaciones del Excelentísimo Gobierno”; la caja, “de caoba maciza forrada con paño verde”, etcétera.
El total ascendía a 538 “pesos fuertes metálicos”. No sabemos si finalmente se le encargó el trabajo descripto con tanto detalle, al que acompañaba un dibujo.