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CASA DE ALBERDI. Óleo que reconstruye la vivienda, ubicada en la hoy calle 25 de Mayo, llegando a la esquina 24 de Septiembre.

Se la expidió a don Salvador de Alberdi.


Como consignamos ayer, el Congreso de las Provincias Unidas realizó, el 29 de octubre de 1816, tres sesiones, una pública y dos secretas: de la primera de estas, ya ofrecimos una reseña. En la reunión pública, se trató la solicitud del español europeo don Salvador Alberdi, vecino de Tucumán (y padre del futuro prócer Juan Bautista), quien pedía carta de ciudadanía. El cuerpo consideró suficiente su mérito y acordó expedir la carta, “en términos que le hagan honor, para estímulo de los demás de su clase”.

Luego, se consideró el informe de Juan Agustín Gascón sobre el planteo que formuló, en mayo ultimo, el diputado Pedro Ignacio de Castro Barros. Se aprobaron sus términos y se dictó un decreto por el cual Castro Barros quedaba libre de las imputaciones que se le hicieron, dado que los firmantes declararon que la fueron suscriptas “involuntariamente y en medio de las alteraciones del pueblo de La Rioja”.

En la segunda sesión secreta, se debatió la exclusión de los diputados de Córdoba en el momento de tratar las instrucciones al general Manuel Belgrano. Quedó acordado suspender esa medida, por no haber razones para considerarlos sospechosos de conexión con el amotinado Juan Pablo Bulnes. El único que se opuso al cambio, fue Tomás de Anchorena, quien halló insuficientes los argumentos.

Se leyó luego el oficio de Belgrano. Manifestaba que no había enviado aún tropas a Córdoba, temeroso de que de ese modo se agravara la situación. Había consultado sobre el tema al Director Supremo y esperaba su respuesta. Se acordó pasarle copia de los últimos oficios, para que los valorase y obrara en consecuencia.