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MARTÍN GÜEMES. El gobernador de Salta compartía con Manuel Belgrano el criterio de no mudar la sede.

El futuro traslado de la sede del congreso.


No celebró sesión el Congreso de las Provincias Unidas, el 7 de octubre de 1816. Ya resuelto por el cuerpo el traslado de la sede de sesiones, las opiniones -según el historiador Leoncio Gianello- estaban dividas en tres grupos. Uno era partidario de continuar deliberando en Tucumán; otro, quería el traslado a Buenos Aires, y otro era partidario de llevar la sede a Córdoba.

“El primer grupo respondía a las ideas de Belgrano y de Güemes y lo integraban los diputados cordobeses, más algunos altoperuanos y casi seguramente fray Justo Santa María de Oro –el más independiente de los diputados de Cuyo- que solía salirse, como el caso del problema del Inca, de la órbita de la orientación sanmartiniana”, escribe Gianello.

Con respecto al traslado, el gobernador de Salta, Martín Güemes, escribía a Belgrano que “he trabajado y estoy trabajando para que las citada Soberana Corporación no pase de aquel punto, sino que siempre se mantenga en Tucumán”; esto porque “es más conveniente, a la consolidación de nuestro sistema, su existencia allí”.

En cuanto al segundo grupo, la idea inicial de San Martín fue que el Congreso se trasladara a Buenos Aires y el Directorio a Córdoba, pero luego opinaría que el Congreso pasara a Córdoba. La orientación sanmartiniana de los diputados de Cuyo, respondía a la necesidad de una “autoridad de respeto” en la estratégica y con frecuencia inquieta Córdoba.

El tercer grupo –cuya opinión se impondría- estaba integrado por los diputados de Buenos Aires. Su más firme argumento era la imposibilidad de manejar debidamente las relaciones diplomáticas, con un Congreso y un Directorio separados por más de trescientas leguas.