
Preparativos en Tucumán, a fines de 1812
Múltiples notas al poder central envió desde Tucumán, a fines de 1812, el jefe del Ejército del Norte, Manuel Belgrano. Constan en el tomo IV de los “Documentos del Archivo de Belgrano”, y revelan sus dificultades para equipar la fuerza y avanzar sobre los realistas de Salta. El 28 de noviembre, recalcaba que “no pierdo un momento en la instrucción de los reclutas”.
Las carretas y las caballadas, afirmaba, constituían “otro obstáculo grande que trato de vencer, y en el que me veo en apuros, adelantándoseme el tiempo a gran prisa”; tiempo “que debe traernos la enfermedad del ‘chucho’ que ha comenzado a aparecer, con otras consiguientes a los penosos trabajos de la expedición y a la vida desarreglada del soldado”.
Asimismo, advertía, “no menos me detiene la compostura y renovación del armamento, y habilitar los muchos cañones de fusil sueltos que tenemos”. Era algo en lo que “se está trabajando con anhelo”, ya que “nos hacen mucha falta para armar la gente que hay ya en el Ejército y que debe venir, pues he dispuesto la recluta hasta la provincia de Córdoba”.
Y además, estaba siempre la escasez de dinero en la caja. “No tengo cómo pagar la revista de este mes, economizando cuanto es posible para pagar los gastos indispensables de maestranza, carretas y demás objetos de necesidad, como son las carnes, vituallas, etcétera”.
Concluía: “Quisiera tener en mis manos la facilidad de atender a todo y ejecutar cuanto dictan mis deseos por el bien de la patria; y esta imposibilidad me hace más sensible al hallarme encargado de esta empresa, que todos los trabajos y riesgos que ella pueda presentarme”.