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UN INTEGRANTE. Firma del Síndico Procurador Pedro José Velarde, miembro del Tribunal de Concordia. LA GACETA / ARCHIVO

El Tribunal de Concordia, creado en 1812


En 1812, el Triunvirato dispuso la creación de un “Tribunal de Concordia” en las jurisdicciones del interior. El organismo funcionaría de acuerdo a lo establecido por el Reglamento de Institución y Administración de Justicia.

En San Miguel de Tucumán, el juramento de sus integrantes se llevó a cabo el 9 de marzo “entre las cuatro y cinco” de la tarde, según el acta del Cabildo. Expresaba la misma que la finalidad del Tribunal consistía en “que por medio de los arbitrios que marca la prudencia, equidad y justicia, se sofoquen los pleitos en su origen, o se dé, según las circunstancias, el pase”.

El Cabildo nombró de su seno a los integrantes del nuevo cuerpo: el Fiel Ejecutor de la corporación, doctor Juan Bautista Paz; el Alférez Real, Cayetano Aráoz, y el Síndico Procurador, Pedro José Velarde. A quienes, dice el acta, “se encarga muy particularmente el desempeño y puntual cumplimiento de todos los asuntos que ocurran”.

De acuerdo a los estatutos, el Síndico Velarde llevaría un libro para asentar “sencilla y distintamente las demandas, contestaciones, pruebas y todo lo demás de su referencia”. El escribano Florencio Sal se ocuparía “de las diligencias que se ofrezcan”.

Ramón Leoni Pinto ha estudiado la vida de este organismo, que debía oficiar de “amable componedor” para evitar los largos y costosos litigios judiciales. Duró casi 4 años, en cuyo transcurso dictó 33 fallos en total. En cuanto al afianzamiento del proceso revolucionario, según este historiador, las sentencias del Tribunal de Concordia “carecieron de significación teórica o doctrinaria.”