Importante trayectoria del doctor Oliva
Una figura austera e interesante de la antigua magistratura judicial tucumana, fue el doctor Delfín Oliva. Había nacido en Salta, en 1828, en una antigua familia de esa ciudad. Don Justo Oliva y doña Paulina Matorras fueron sus padres, quienes lo enviaron a estudiar a la Universidad de Córdoba.
Allí se graduó de abogado y se doctoró en Jurisprudencia. De inmediato partió a La Rioja, en cuyo foro había sido designado juez en lo Civil. Poco después, las persecuciones políticas habituales de la época, lo trajeron a la ciudad de Tucumán. Aquí reinició su carrera de magistrado y aquí residiría hasta el fin de su existencia. Formó su hogar entre nosotros, al casarse en 1867 con doña Esther Córdoba, hermana del luego gobernador Lucas Córdoba.
Ese mismo año, fue designado juez de Primera Instancia en los Tribunales de Tucumán. Luego se desempeñó sucesivamente como fiscal de Estado y como camarista. Finalmente, fue vocal y también presidente del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia, antecedente de la actual Suprema Corte.
Años más tarde, pasó a actuar en política, como miembro de la Legislatura tucumana por dos períodos, en representación del departamento de Monteros. Fue luego ministro de Gobierno de la administración de Lídoro J. Quinteros y, en ese carácter, ejerció también la gobernación interina de Tucumán, por ausencias del titular.
Tras su paso por el ministerio, en 1888 el doctor Oliva volvió a la magistratura. Fue designado juez federal de Tucumán, función que ejerció desde 1888 hasta 1896. Falleció en nuestra ciudad, el 27 de marzo de 1898.