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CABILDO DE BUENOS AIRES. El más antiguo daguerrotipo conocido del histórico edificio, tomado en 1852.

Planteo de autonomía y no sede del Director.


El sábado 15 de junio de 1816, no celebró sesión en Tucumán el Soberano Congreso. Dadas las distancias, el cuerpo nada podía saber de los sucesos acaecidos el día anterior, vienes 14, en Buenos Aires. Como se sabe, el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón seguía en el norte, y Antonio González Balcarce, en la capital, elegido Director sin autorización del Congreso, había sido rebajado por el nuevo a Director “interino” o “comisionado”.

Había ganado a los barrios porteños un malestar de autonomismo. Querían que Buenos Aires fuese una provincia como las otras, y gobernar su interior sin interferencias. Reconocían al Director nombrado por el Congreso, pero se negaban a que residiese en su ciudad. Tanta fue la agitación, que el 14 de junio el gobernador intendente porteño, Manuel Oliden, convocó en consulta a los alcaldes de barrio.

Estos le confirmaron el sentir de las barriadas. La única diferencia era que, mientras algunos alcaldes querían que el pueblo, en “cabildo abierto”, proclamara la autonomía federal, otros sostenían que esa declaración debía hacerse a través de representantes previamente elegidos.

El Cabildo porteño y la Junta de Observación eran adversarios de la autonomía, pero hubiera sido impolítico declararse abiertamente en su contra. Entonces, para ganar tiempo, optaron por oponerse al “cabildo abierto” y sostener que era necesario elegir, con toda legalidad, a los representantes que tomarían la decisión.

El Director “interino” González Balcarce pareció inclinarse a favor de esta postura, en un primer momento.