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EL CERTIFICADO DE 1834. Firmado por el rector José Gregorio de Baigorri y redactado íntegramente en latín, salvo la transcripción del decreto que ordenaba el examen. LA GACETA / ARCHIVO

Para graduarse de Bachiller en Derecho Civil.


En 1834, Juan Bautista Alberdi, estudiante de Derecho en Buenos Aires, viajó a Tucumán y se detuvo en Córdoba. Allí, el gobernador José Antonio Reynafé -a pedido de su colega tucumano, Alejandro Heredia– lo autorizó a rendir, en esa Universidad, los exámenes para graduarse de Bachiller en Derecho Civil. Rindió y aprobó. Así lo hizo constar el Rector, doctor José Gregorio de Baigorri, en un certificado redactado íntegramente en latín, salvo la transcripción del decreto de Reynafé que ordenaba el examen.

En un lenguaje enrevesado, el decreto de Reynafé y su ministro Domingo Aguirre expresaba: “Y vistos: con el documento que se acompaña, razones poderosas y justificados motivos que valorizando la solicitud del Suplicante le recomienda en todas sus partes accequible (sic); hace que este Supremo Gobierno, por otras muy atendibles consideraciones, que de cerca pueden en un sentido recíproco causar y rectificar la mejor armonía que recíprocamente deben procurarse las Provincias de la Unión”.

Y “por lo mismo, impelido de tan nobles sentimientos y de que la calidad con que esta gracia se dispensa y concede, es tan exclusiva y extraordinaria, como las circunstancias que la motivan”, mandaba que “al Suplicante don Juan Bautista Alberdi, reconociéndosele los cursos y dados por aprobados los exámenes que aparecen del certificado que presenta haber desempeñado en la Universidad de la Ciudad de Buenos Aires, pueda desempeñar el examen del tercer año de Derecho Civil, duplicándose el término constitucional de su examen, extendiéndose esta gracia aún al examen previo, para que la pueda desempeñar en la misma forma y conformidad al estilo de la expresada Universidad”.