Recuerdos del doctor Tiburcio Padilla
Una figura muy destacada fue el doctor Tiburcio Padilla (1835-1915). Gran médico, y luego padre, abuelo y bisabuelo de médicos, tuvo la responsabilidad de altas funciones. Fue gobernador de Tucumán 1875-77, así como diputado y senador nacional, entre otros cargos.
En 1926, Ignacio Robles Madariaga lo evocó en sus recuerdos de niño. “Único mandadero de mi madre, mis quehaceres en la calle eran frecuentes. Con tal motivo veíamos al doctor Tiburcio Padilla casi a diario, montado en hermoso caballo blanco, a paso lento dirigiéndose a visitar a sus enfermos”, cuenta. Junto a él, ejercían la medicina entonces los doctores Vicente García, Juan Mendilaharzu, Ricardo Viaña, José M. Astigueta, Francisco Mendioroz y Julio Muñoz, entre otros.
Lo describe. “De apostura gallarda, con sus ojos celestes de mirar inteligente, vestido con severa pulcritud, fino en sus modales como una dama, hermoso en su faz varonil a la manera de don Pedro de Braganza, así veía al doctor Padilla el niño que le admiraba”.
Apunta que “muchos enfermos curaba el doctor Padilla, y debían ser muy pocos los que le asignaban honorarios, porque casi todos eran de la clase pobre”. Los atendía a todos “con indecible solicitud, relegando acaso sus deberes oficiales en los destacados puestos de la administración provincial que le cupo desempeñar con altura y acendrado patriotismo”.
Así, “todos veían al médico gobernador, en las primeras horas de la mañana, apearse a la puerta de las modestas viviendas”, sobre cuyos moradores prodigaba su ciencia y su bonhomía.