Los porteños, provincianos y altoperuanos
Sin duda, los diputados del Congreso de las Provincias Unidas estaban animados todos del propósito de unificar al país y de poner término a las turbulencias que lo agitaban, tanto en el exterior como en el interior. Pero esto no quiere decir que formaran un grupo compacto.
Aunque se unieron para votar como Director Supremo a Juan Martín de Pueyrredón, estaba bastante claro que se movían tres tendencias en la corporación. Según el historiador Bartolomé Mitre, ellas podían caracterizarse como las de los diputados de Buenos Aires, las de los diputados de las provincias y las de los diputados del Alto Perú.
Los de Buenos Aires sostenían la postura centralista, en oposición a la de los representantes de las provincias. Estos, acaudillados por los de Córdoba, pujaban por el federalismo “más por instinto que por convicción”. Según Adolfo Saldías, los cordobeses habían tenido el propósito de nombrar Director Supremo al coronel José Moldes, aunque finalmente aceptaron a Pueyrredón.
En cuanto a los diputados del Alto Perú, al estar ocupada su tierra por los realistas, habían sido elegidos por sus comprovincianos, emigrados en el norte de las Provincias Unidas. Los acaudillaba el doctor José Mariano Serrano. Según Mitre, se sometieron al criterio de los diputados porteños en las cuestiones capitales, aunque se aliaron algunas veces con los de las provincias, para oponerse a la centralización del poder.
Agrega el historiador Leoncio Gianello, que los diputados de Cuyo tuvieron una influencia de poder muy similar a la del grupo porteño. Esto, por lo mucho que las opiniones de José de San Martín pesaban sobre ellos.