La elección de los representantes de Tucumán
La sesión del 27 de abril de 1816, del Congreso de las Provincias Unidas, se abrió con la lectura de una nota del gobernador de Tucumán, Bernabé Aráoz, donde formulaba quejas sobre el nombramiento de electores de diputados. Según “El Redactor”, el asunto tucumano “ya cansa demasiado la atención del Soberano Congreso”. Se resolvió autorizar al diputado Esteban Agustín Gascón “para presidir al acto del escrutinio y resolver sumariamente cualesquiera incidentes que ocurran”, avisando al gobernador de lo dispuesto.
Otro oficio del mismo gobernador, pedía que se decidiera la solicitud del comandante del batallón 10: este pedía que se le proporcionase una paga mensual. Tal “justa petición, y la escasez de fondos para realizar el auxilio, dieron motivo a dos mociones”, dice “El Redactor”. Una hizo Pedro Ignacio de Castro Barros y otra Pedro Medrano. El primero proponía que “de todos los pueblos libres de la Unión, se exigiera un estado exacto de sus rentas, ingresos y existencias, inversiones, deudas activas y pasivas y cuantos pormenores sean necesarios para formar un cabal concepto de ellas”.
La moción fue apoyada. El diputado José Darragueyra agregó –lo que fue aprobado por unanimidad- que “previamente a toda resolución sobre la solicitud del expresado comandante, se ordenara al gobernador de la provincia (de Tucumán) que a la mayor brevedad presente el indicado estado de las cuentas de esta ciudad”. En cuanto a la moción de Medrano, consistía en que “se exija un empréstito forzoso de los europeos de esta ciudad”. La apoyaron los diputados Darragueyra y Juan Martín de Pueyrredón.