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EL TINTERO. El Museo Histórico Nacional conserva el juego de frascos de plata que utilizaron los congresales de Tucumán.

Insistencia respecto de la contribución


El 25 de abril de 1816, no celebró sesión el Congreso de las Provincias Unidas reunido en San Miguel de Tucumán. Pero sí lo había hecho el día anterior, miércoles 24. En esa reunión, el presidente, doctor Pedro Medrano (Buenos Aires), presentó las instrucciones que la comisión que integraba había confeccionado para el teniente coronel Alejandro Heredia.

Este militar iría enviado a La Rioja, con motivo del alzamiento del sargento mayor José Caparroz, que había derrocado a las autoridades de dicha provincia. Por su parte, el diputado Miguel Calixto del Corro (Córdoba), comisionado a Santa Fe por los conflictos bélicos en ese territorio, manifestó al cuerpo “estar expedito para verificar su marcha”. Pero agregó que “dudaba qué dotación podría asignar a un escribiente, que le era indispensable llevar consigo”.

El cuerpo resolvió que se dieran a Del Corro las credenciales y demás documentación, y que, “como representante de su soberanía, debía tener el tratamiento de Excelencia, en las ocasiones en que proceda de oficio”. En cuanto al escribiente, el sueldo se dejaba “a su discreción”.

Luego, el diputado Pedro Ignacio de Ribera (Mizque), reiteró la moción pendiente de José Mariano Serrano (Charcas), sobre imponer una contribución al pueblo para auxiliar al Ejército del Norte. Se acordó, luego de varias discusiones, que la “comisión de arbitrios” presentase un proyecto a ese respecto, en el término de ocho días. Luego, según informa la crónica de “El Redactor”, se pidió “sesión secreta sobre un punto de gravedad, y terminó con ella el acto”.