Carta de fray Cayetano Rodríguez a Molina
Como se sabe, fray Cayetano Rodríguez, diputado por Buenos Aires al Congreso de Tucumán, tenía en nuestra ciudad a un gran amigo, también sacerdote -y futuro obispo- el doctor José Agustín Molina. La correspondencia entre ambos, publicada en 2008 por la Academia Nacional de la Historia, es una fuente de gran interés para conocer la “cocina” recóndita de la política del momento.
El 10 de setiembre de 1815, ya convocado el Congreso de las Provincias Unidas, le escribía Rodríguez a su amigo desde Buenos Aires. Al parecer, en una carta, Molina había sostenido que Tucumán era inconveniente como sede. “¿Y dónde quieres que sea? ¿En Buenos Aires? ¿No sabes que todos se excusan de venir a un pueblo al que miran como opresor de sus derechos y que aspira a subyugarlos?”, inquiría Rodríguez.
Seguía: “¿No sabes que aquí las bayonetas imponen la ley y aterran hasta a los pensamientos? ¿No sabes que el nombre porteño está odiado en las Provincias Unidas o desunidas del Río de la Plata? ¿Qué avanzamos con un Congreso en que no ha de presidir la confianza y buena fe? ¿Te parece que aquí mismo se desea la reunión en este pueblo? Te engañas. Es menester dar un testimonio de que se sacrifica todo por la unión y la paz”.
En realidad, la elección del sitio parecía ideal al padre Rodríguez. “Tucumán es un pueblo pacífico, en buena distancia de todas las ciudades, no funda celos entre los concurrentes y es una localidad agradable, que da poco lugar para extrañar el país respectivo de cada diputado, y muchos en esta parte mejorarán de suerte…”