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RAFAEL JIJENA SÁNCHEZ. En su época tucumana, habla ante las alumnas de una escuela. LA GACETA / ARCHIVO

Fundador de nuestro Museo Folklórico.


En el Museo de Arte Popular “José Hernández”, de Buenos Aires, se realizó anteayer un homenaje a Rafael Jijena Sánchez (1904-1977), su ex director, al cumplirse siete lustros de su fallecimiento. Es un tributo ampliamente merecido y tiene gran vinculación con Tucumán.

En efecto, el catamarqueño Jijena Sánchez residió durante varios años en nuestra ciudad, de 1941 a 1946. Fue director del Departamento de Folklore existente entonces en la UNT, y también creador y primer director del Museo Folklórico Provincial “General Manuel Belgrano”, cuyo local de 24 de Setiembre 565 se encuentra en proceso -ya demasiado largo- de restauración.

Animó incansablemente el estudio de las tradiciones argentinas, y fundó la primera cátedra de Folklore en el Instituto Nacional de Arte Escénico, además de enseñar en varias Universidades.

Tenía un espíritu minucioso de investigador y, a la vez, era un inspirado poeta de vasta producción. Su primer libro, “Achalay”, recibió en Buenos Aires el Primer Premio Municipal de Poesía, y su ensayo “Las supersticiones”, con Bruno Jacovella, obtuvo el Premio Nacional en 1939. Compiló “Los cuentos de Mama Vieja”, y fue también autor de “Verso simple”, “Vidala”, “La luna y el sol”, “Del canto la flor”, y muchos otros. “De la copla niña” se titulaba el último, de 1972.

Lector fiel del romancero, exaltador de los sentimientos hogareños, a través de “la identificación con las gentes del pueblo en vidalas y carnavalitos y la devoción mariana, halló lo hermoso sin desandar caminos”, dijo “La Nación” al despedir sus restos. Tucumán, a cuya cultura sirvió con empeño y entusiasmo, debiera dar a una calle el nombre de Rafael Jijena Sánchez.