Elogio de 1939 a la vida cultural tucumana.
Para el mundo, 1939 fue un año trágico, por el comienzo de la II Guerra Mundial. A pesar de esa tristeza, en Tucumán ocurrían hechos espirituales de mucha significación. La prestigiosa revista literaria porteña “Nosotros”, que dirigían Alfredo Bianchi y Roberto Giusti, insertaba en la edición de mayo-junio de ese año, un importante artículo titulado “Tucumán, centro de cultura superior”.
Ponderaba la aparición de dos revistas. Una era “Sustancia”, dirigida por Alfredo Coviello, con artículos de Ricardo Rojas, Alberto Rougés, Juan Alfonso Carrizo, Rafael Jijena Sánchez y otros. La segunda era la “Revista de Pedagogía”, que en Tucumán iniciaba su segunda época, “bajo la dirección del reputado pedagogo español Lorenzo Luzuriaga”, contratado como profesor de la UNT. Allí firmaban, además del director, Juan Mantovani, María Montessori, Lourenco Filho, Concepción de Prat Gay, entre otros especialistas.
“Nosotros” sostenía que “nunca se vio en el interior de la República más robusto movimiento intelectual que el que hoy ofrecen las capitales y otras ciudades de provincia”. En tal panorama, “brillante es el aporte de Tucumán a este movimiento promisorio. En torno de su Universidad renovada, del Instituto Miguel Lillo, de la tradicional Sociedad Sarmiento y de otros centros de cultura, se advierte un fermento de inquietudes espirituales y se manifiesta una labor de investigación y crítica, vinculados ambos al desenvolvimiento general del pensamiento argentino, que dan a la culta ciudad un tono de capital irradiadora”.