Dolencia mental del doctor Pérez en 1814.
En 1978, en su prólogo a la reedición de “San Martín y Tucumán”, Ramón Leoni Pinto se refiere al caso del doctor José Julián Pérez. Era un distinguido jurisconsulto altoperuano, que fue diputado por Tarija a la Junta Grande, mediador en la guerra contra los realistas de Montevideo, e integrante -en reemplazo de su gran amigo Juan José Paso- del Segundo Triunvirato.
Pérez estaba en Tucumán en 1814, cuando lo acometió el trastorno mental del que ya no se curaría, y que un documento denomina “un inhumano frenesí”.
Antonio Álvarez Jonte y José Francisco Ugarteche, integrantes de la “Comisión Directiva del Interior”, enviada a Tucumán por el poder central, se hallaban en esta ciudad cuando cayó enfermo Pérez. Se dispuso que el alcalde de barrio cuidara del doctor Pérez, mientras Jonte y Ugarteche solicitaron que se descontase, de sus haberes, el dinero necesario para su atención.
Lo hacían, expresaban, “por conocer la falta de fondos del Estado” y por considerar como su deber “conciliar las urgencias generales con el cuidado a los patriotas, procurando su alivio sin agravar los fondos públicos”. Afirmaban que “la humanidad afligida y la patria reconocida reclaman irresistiblemente la especial asistencia del Gobierno, a favor de un ciudadano benemérito, oprimido por una desgracia inevitable”.
Pero el doctor Pérez viviría todavía muchos años. Fue llevado a Buenos Aires, y el “inhumano frenesí” determinó que se lo asilara en el Hospital General de Hombres. Falleció el 25 de agosto de 1840.