El criterio expresado por Ricardo Rojas.
En el discurso pronunciado en Tucumán en 1941, el doctor Ricardo Rojas sostuvo que tanto el Estado Provincial como la sociedad debían apoyar económicamente a la Universidad Nacional. Lo expresó en el acto del 23 de setiembre, donde la casa de estudios lo designó “Miembro honorario”.
Expresó que la alta misión de la UNT se condicionaba por “su teatro geográfico, su tradición histórica y el genio progresista de esta ciudad: caracteres de regionalidad que no excluyen la universalidad. Por eso, aunque esté nacionalizada en el régimen administrativo, su vida, su misión, su destino, dependen de Tucumán, que la engendró en espíritu”.
Y por tanto, “el Gobierno de la Provincia no puede desentenderse de ella: le debe cooperación económica y solidaridad moral”. Además, que a Tucumán se la juzgaba rica por su industria, “si se estiman en dinero sus plantas fabriles y sus estadísticas de producción”. Opinaba que “tan poderosos capitales tienen también deberes con la Universidad”.
Recordaba que “en Estados Unidos, los millonarios contribuyen espontáneamente al sostenimiento de los estudios, porque han comprendido que, en las donaciones para esos fines, hay una especie de justa restitución, a la vez que una manera de ahorro: porque el capital destinado a mejorar la cultura redunda en aumento de la riqueza social”. Opinaba que “aquellos ejemplos deben ser emulados entre nosotros. No es sólo el Estado quien ha de soportar toda la carga. Espontáneas donaciones individuales valen, además, por el generoso móvil que las inspira, y la lucha entre las clases sociales se atenúa con ellas”.