Obras nuevas con cuidado de lo antiguo.
La Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNT inaugura hoy obras muy importantes, en su sede de 25 de Mayo 471. Se ha restaurado y revalorizado todo el casco antiguo, que queda reservado para Decanato y Consejo Directivo. Y en el sector “no histórico”, y separado del otro, nuevas construcciones albergarán la biblioteca, el auditorium y un sistema multifuncional de anfiteatros.
Esta casa de dos plantas es una pieza inconfundible de nuestro patrimonio urbano. Su primitivo propietario, don Rodolfo Alurralde, encargó el proyecto en 1905 al arquitecto belga Alberto Pelsmaeckers. Poco después de erigida la casa, Alurralde la vendió al matrimonio de don Luis Remis y doña Adela Savini. Su familia residió allí hasta la década de 1940, en que la alquiló a la Facultad de Derecho, que terminaría comprándola en 1958, así como a dos de las cuatro casas de renta vecinas.
En su estudio sobre esa casa, Analía Salvatierra califica a la fachada de “imponente, tanto por su escala como por el estilo académico francés”. Destaca los amplios ventanales, las dos grandes entradas (una de ellas para carruajes), los revestimientos de mármol del zaguán y la soberbia escalera de ese material, “única en la provincia por su suntuosidad y sus características”, por ejemplo.
Deben subrayarse como muy positivo y ejemplar, el criterio de lograr que un inmueble de tanto valor y representatividad cultural pueda continuar sirviendo a las comunidad un siglo después de edificado.
Se le han añadido construcciones ultramodernas, sin que se alteren sus líneas originales. Es una manera por demás inteligente de tratar el patrimonio, y sería deseable verla imitada.