Un discurso de Alberdi ante Heredia en 1834.
El historiador Antonio Zinny realizó -y editó- un laborioso fichaje, día por día, de “La Gaceta Mercantil”, periódico que se editaba en Buenos Aires en la época en que gobernaba Juan Manuel de Rosas.
En el asiento correspondiente al número 3358 del año 1834 aparece una información referida a Tucumán. Empieza transcribiendo una proclama expedida por el gobernador, general-doctor Alejandro Heredia, a los habitantes de la provincia, con motivo de “un plan de revolución concebido por don Jerónimo Helguera y el doctor don Ángel López“.
Cronica que “el 22 de junio fue sofocada la revolución, con la prisión de 25 ciudadanos que fueron procesados rápidamente y sentenciados a muerte. Pero se salvaron de la manera siguiente. El 5 de julio, el Gobierno invitó al pueblo para que le acompañara a dar las gracias al Ser Supremo por los bienes de la Independencia”.
“Concluida la misa -prosigue- aquél fue cortésmente conducido por éste hasta su casa. Allí se promovió una visita solemne a la casa donde el Congreso firmó el acta de la Independencia. Al penetrar bajo el sagrado techo, se erizaban los cabellos. A la entonación del Himno Nacional, todas las caras se pusieron pálidas de entusiasmo”.
Entonces, “pidió la palabra don Juan Bautista Alberdi y pronunció un franco y enérgico discurso, en que empleó muchísimo calor y lógica para probar la necesidad de absolver a los sentenciados”. También lo hizo “el canónigo (José Agustín) Molina con muchísima sensibilidad y ternura”. Así, “fue conmovida el alma del general Heredia y los presos obtuvieron indulto”.