Desde Tucumán, le dijo la verdad en 1880
Desde que Domingo Faustino Sarmiento dejó la presidencia, en 1874, alentaba la ambición de recuperarla. Así, creyó que tendría chance frente a las candidaturas de Julio Argentino Roca y Carlos Tejedor, en 1880.
Desde Tucumán, en carta del 1 de abril, su amigo el doctor Benigno Vallejo (1823-1892) le habló con franqueza. “Me cuenta que es candidato, que tiene propuestas e insinuaciones de 12 provincias, de las que deduce que todo está arreglado y concluido”, decía Vallejo. Lamentaba desilusionarlo. “Usted llegó tarde”. De las 14 provincias, había 12 definidas por Roca.
Trazaba un panorama, dejando de lado a Buenos Aires y a Corrientes, ya definidas. “Tucumán, donde yo vivo y conozco las gentes como los dedos de mis manos, no tiene un voto que darle”, ya que “responde a Roca irremisiblemente”. En Santiago no tenía posibilidad. En Catamarca, tendría votos “cuando Navarro y Molina vean la escritura pública en que 13 provincias se comprometen a votar por Sarmiento”. En La Rioja, Almonacid vota “a quien lo ha salvado del presidio”.
No podía contar con Cuyo. En Córdoba, “qué diablos va a sacar usted de esos sacristanes, que dejaron entrar a Del Viso por la ventana y que ahora quieren, con agua bendita, echarlo”. Santa Fe, “es Iriondo y Bayo” y era sabido como pensaban. “Entre Ríos come en un plato y bebe en un vaso con Santa Fe”. Jujuy “no elegirá”, y en Salta están “embanderados por Roca”.
“Usted, que es el hombre de las clarividencias”, decía, “no desdeñe las apreciaciones extrañas que son desinteresadas; que los que están distantes del cañón, oyen mejor y más claro el estampido que los que le prendieron fuego”.