Alberdi y la enseñanza del Derecho.
En 1850, desde Valparaíso, Juan Bautista Alberdi escribió una carta -que luego editó en un folleto de 14 páginas- al joven Juan Bautista González (futuro ministro de Hacienda de la Nación), quien entonces cursaba Derecho en Turín. “He ejercitado la profesión de abogado por algunos años en Río de la Plata y Chile”, le decía. Como “debo a la experiencia el conocimiento de muchos vacíos en la enseñanza del Derecho que hemos recibido los de la actual generación”, quería decirle “lo que yo mismo haría, si me viese en el caso de recomenzar mi carrera de Derecho”.
Opinaba Alberdi que el estudio de las Matemáticas era esencial. Constituían un antídoto y “el mejor modo de educar nuestras cabezas orientales y españolas en las prácticas del método, de la lógica, del orden: ellas dan disciplina a nuestras facultades exaltadas”. El Derecho Romano era importante, pero más lo era el Francés, que lo refundía y actualizaba. Le recomendaba preferir, en materia civil, “el derecho de los contratos y obligaciones”, por “la índole industrial de nuestra época y el ascendiente de la propiedad inmobiliaria que es su consecuencia”. En cuanto al Derecho Comercial, “debe formar la mitad del saber de un abogado hispanoamericano”.
En Derecho Político, recomendaba alejarse de los tratadistas europeos, demasiado doctrinarios, y preferir los norteamericanos: en su país, “han creado la organización más perfecta que se conozca en democracia, sin tener escuelas ni autores célebres en Derecho”. Y no debía olvidar los antecedentes locales argentinos, “que en los cuarenta años de su independencia han creado un derecho patrio y peculiar”.