Grandes posibilidades, según el inglés White.
Días pasados rescatamos párrafos sobre nuestra provincia hacia 1880, contenidos en “Cameos from the Silver Land or the experiences of a young naturalist in the Argentine Republic”, libro de Ernest William White F.Z.S., impreso en dos tomos con un mapa, en Londres, en 1881. Vale la pena reproducir el resto del tramo dedicado a Tucumán.
“A pesar de los tesoros minerales que existen en Tucumán, no son buscados con avidez, ya que la población es casi puramente agrícola o ganadera”, dice White. Apunta que “la distinción entre las dos clases parece ser más acentuada aquí que en cualquier otro lado”, y que mientras el primero era “empresario y laborioso”, el segundo pasa “una suerte de existencia soñada a lomo de caballo, como sus hermanos del Sur”.
Observa que “desde la apertura de las vías de ferrocarril que conectan la capital con Córdoba y desde allí con el litoral, las muchas empresas de la provincia han recibido inmensos ímpetus: azúcar, arroz, tabaco, maderas, pieles, curtiembres, caña (ron blanco), queso, naranjas, etcétera, fluyen en continuas corrientes, inaugurando un comercio interno muy remunerado, capaz de una vasta expansión”.
En cuanto a “las artes útiles, no están descuidadas, especialmente curtiembre y todo tipo de trabajos en cuero, tejido, tintura y bordado”. Y “con todo esto Tucumán, que es la más pequeña pero la más densamente poblada de las provincias, es ciertamente la más industrial y progresista”. Esto “a pesar de que su área de 22.384 millas cuadradas, que está todo en manos de personas privadas, es todavía dos veces el tamaño de Bélgica, y su población, que suma 150.000, da 6,7 personas por milla cuadrada”.